Hace unos meses, Enes Suleman, Un compañero de la escena Rap de Barcelona, me propuso acompañarle como DJ en un evento que tenía en México, en verano de 2015. Este evento resultó ser un tour por 5 ciudades del norte del país, ruta por la que se podía apreciar una clara huella de los más de 10 años de dominio del narcotráfico. Ciudades y ciudadanos que fueron muy maltratados con violencia extrema por el mero hecho de vivir cerca de la frontera con el "imperio". En una reciente campaña, las autoridades Mexicanas respaldadas por el ejército, decidieron hacer limpieza, y aunque estas cosas son muy complicadas de limpiar "así nomás", muchas de éstas urbes quedaron tranquilizadas de nuevo.
Movimiento NomadX es el nombre de la iniciativa que nos movía a un montón de artistas y emprendedores empresariales, de un lugar a otro, en buses y camiones, al más puro estilo "road-movie". Visitamos, en este orden, las ciudades de Monterrey, Chihuahua, Ciudad Juárez, Hermosillo y Tijuana. Durante unos 4000 kms, cruzamos carreteras rectas a través de desiertos de dunas, cactus, temperaturas extremas, tormentas tremendas, zonas rocosas de increíble belleza y disfrutamos de cielos maravillosos. El objetivo, animar y quizás revitalizar un poco las actividades culturales y de emprendimiento en estás ciudades ya no tan dormidas, dónde la vida fuera de las casas fue un lujo imposible durante demasiados años.
1 semana en cada ciudad, a mí me daba para mucho, y como culo-inquieto que soy, lo primero era organizarme con los escritores de Graffiti de la zona. De ahí a conectar con los habitantes había solo un pequeño escalón. Conocí gente adorable, hermosa por dentro, llenos de vitalidad y hasta con cierta ilusión, de nuevo. Ciudades extrañas, clones entre ellas, destrucción junto a prosperidad, lugares vacíos que hablaban a gritos, extensísimas y solitarias...
Cargado con un iPhone 6, estaba decidido a explotar ese "new feature" del Slow Motion. Y así es como he explicado mi experiencia de 5 semanas en un cálido y ya no tan desconocido país. Lo que veían mis ojos...
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